Satanás siempre busca tentarnos al compromiso al
virar al revés de nuestro sistema de creencias. En cierto sentido hay gente, e
incluso nosotros podemos ser así, que nos gozamos en el pecado y la
inmoralidad, Dios les ama, pero no a su pecado, el odia el pecado en nosotros,
Dios deja eso claro en su Palabra en Proverbios
5:7-12 hablando de la mujer extraña, es decir, una mujer que no era su
esposa ni lo sería tampoco.
Dios nos ha llamado a vivir vidas santas, pero cada
vez con mayor frecuencia la gente sigue al compás de la cultura, pero nosotros
debemos ir a contra cultura, somos llamados a ser santos, cómo aquel que nos
llamó fue santo.
La verdad es que el pecado nos destruye; no solo
desde el punto de vista físico, sino que también desde el emocional y espiritual.
(Proverbios 6:27-28)
Podemos tratar de justificar nuestras acciones de
muchas formas, pero no podemos cambiar los principios de la Palabra de Dios. La
mina del pecado sexual siempre traerá consecuencias desastrosas. El pecado
sexual es devastador pero masivamente en tu vida afectando todas las áreas o
hábitos, le cambiará la percepción de lo que es bueno y malo. No solo usted
será afectado con tal mina del pecado sexual, sino que muchas veces hay más
implicados como familiares, amigos, compañeros de trabajo y muchos otros.
Ponga mucha atención: Usted no puede eliminar las consecuencias del pecado sexual, porque
cuando esa mina estalla tiene el poder de llevar a la destrucción a todas las
áreas de la vida de la persona.
Salomón, el mismo escritor de los proverbios que
antes leímos, es el mejor ejemplo de que una persona puede ser destruida por el
pecado sexual. Él tenía todo (Eclesiastés
2:10-11) él tenía concubinas, esclavos, casas, viñedos, plata y oro,
establos llenos de caballos y muchas otras cosas más. Pero todos esos logros
solo eran un vacío para él, porque las cosas que él más valoraba no se
encontraban como eje fundamental a Dios. Él le dio paso a este pecado y ya
sabemos cómo terminó el cediendo ante sus muchas mujeres y concubinas y
adorando a dioses paganos, qué lamentable final.
El mundo tratará de cambiar el orden establecido por
Dios en cuanto a la familia y la sexualidad de la persona, le dirá que una
relación con el sexo opuesto no le influirá en nada, qué solo es algo
momentáneo y solo andar de la mano o besar no le hará mal a nadie: ¡Mentira! Si
le hará mal a todos, a usted y a ella o él, y a la relación con Dios de ambos.
Tocar la mano de la chica te traerá a deseos que no sabrás controlar, luego un
beso aumentarán en su intensidad y todo se puede salir de control hasta
terminar pecando contra el Dios Santo de la Biblia. Es decir, tiene todo de
malo dejar dar rienda suelta a las pasiones juveniles, cuando Dios nos dice que
huyamos de ellas.
Hay cosas que debemos admitir, la fornicación es
pecado a Dios (Éxodo 20:14) podemos
resistir la tentación (1ª Corintios
10:13) habrá juicio para tal acto si se comete (Levítico 20:13) Dios es igual de severo con el pecado como lo fue
en el A. T. porque Dios no ha cambiado, la misma advertencia la declara en 1ª Corintios 6:9-10, estos pecados
incluso los pueden llevar a una muerte física por enfermedades de trasmisión
sexual, solo por resultado de su rebelión contra Dios, siendo esclavos del
pecado (Juan 8:34,36)
Todo pecado sexual comienza como cualquier otro
pecado o tentación: en la mente, con un pensamiento. Y luego pasa de un
pensamiento a pasar a ser parte de su imaginación. Se desarrolla un deseo y al
consumarse ese deseo desordenado da a luz el pecado.
El pecado ya no es una alternativa después que
aceptamos el amor y el perdón de Dios.
¿Cómo
ordenar nuestras vidas antes o después de habernos descarriado?
1.
Reconozca que lo que ha hecho no está bien (Confiese
el pecado)
a.
Tiene
que reconocer sinceramente: “Esto no es lo mejor que tiene el Señor para mi”
b.
Después
que usted ha sido cegado por el pecado, probablemente no aceptará la verdad de
las circunstancias. Comenzará una caída en espiral para que sea entregado a sus
propias concupiscencias (Romanos 1)
c.
Sin
duda, llegará el día que se le acabarán las excusas. Toda la negación que han
mantenido se llenará de huecos y admitirán la amargura y desilusión que hay en
su vida.
d.
Es
entonces cuando recién se dará cuenta que debe confesar su pecado a Dios. Pero,
¿Por qué esperar hasta entonces? No hay razón alguna si el amor de Dios se ha
derramado en sus corazones aun siendo pecadores (Romanos 5:1-8)
e.
Coincida
con Dios en sincero arrepentimiento, reconozca su necesidad de Él y de Su
verdad para su vida.
2.
Hágase responsable de sus acciones.
a.
Esto
puede incluir pedirle a más de alguna persona perdón por sus acciones
inmorales.
b.
Antes
de eso, necesariamente debe admitir a Dios y a usted mismo sinceramente que se
ha equivocado y que necesita el perdón de Dios para su vida.
c.
Tomamos
malas decisiones a diario, pero arrepentirnos no querrá decir que no traerá
consecuencias a nuestra vida.
d.
El
pecado siempre traerá consecuencias a su vida y a la vida de otros.
e.
Dios
será fiel a enviar el aviso de emergencia a nuestra vida para evitar caer en el
pecado, pero también será fiel en disciplinarle porque le ama (Hebreos 12:6) pero esa disciplina no
le agradará pero es necesaria (Hebreos
12:11)
3.
Sea genuino en su arrepentimiento.
a.
Con
frecuencia escuchamos a la gente o nosotros mismos decir “Lo siento” pero en realidad queremos decir “Siento que
me hayan sorprendido”
b.
Dios
conoce su corazón si es sincero al pedir perdón y confesar su pecado, es por
eso que debemos ser sinceros con Él, y si somos sinceros con Él, también nos da
la promesa que nos limpiará de todo pecado (1ª Juan 1:9)
4.
Pídale a Dios que le ayude a perdonarse a sí mismo.
( Salmo 51:1-4,7)