“Vino palabra de Jehová por segunda vez a
Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en
ella el mensaje que yo te diré. Y se
levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive
ciudad grande en extremo, de tres días de camino. Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino
de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida.
Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de
cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey
de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de
cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por
mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas,
no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y
clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la
rapiña que hay en sus manos. ¿Quién sabe
si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no
pereceremos? Y vio Dios lo que hicieron,
que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho
que les haría, y no lo hizo”. (Jonás
3:1-10)
¿Cómo
respondemos a la Palabra de Dios?
Otra
vez tenemos el ejemplo de Jonás y la ciudad de Nínive que nos presenta como uno
debe responder a la Palabra de Dios.
Jonás
tal vez estaba en Jerusalén haciendo sus votos al Señor. Dios le dio algo de
tiempo para su recuperación física y para su restauración espiritual. Asiria
estaba en un tiempo de crisis. Había rebelión en Babilonia; Israel, Judá y
Siria dejaron de dar tributo; Jeroboam II tomó territorio Asirio. En el 763
hubo un eclipse total del sol, también plagas en 765 al 759. Los eventos
sucedieron entre la muerte de Adad-nirari I en 782 y la llegada al trono de
Tiglat-pileser III en 745.
La reacción a la Palabra de Dios
debe ser inmediata y de todo corazón. La revelación demanda
una reacción.
Viendo
el ejemplo del profeta y la ciudad podemos aprender cómo debemos reaccionar a
la Palabra de Dios.
I.
LA PALABRA DE DIOS Y EL PROFETA (v.1-4)
1. La segunda llamada,
v. 1
a.
Vemos la soberanía de Dios.
b.
No siempre existe una segunda
oportunidad
c.
Si Dios la da, debemos reaccionar a ella
2. La repetición del
mandato de Jehová (v. 2)
Una ciudad grande para
Dios, Dios es el Dios de las naciones. No le importaba el tamaño ni su
política, sino su gente.
3. La reacción del profeta
( v. 3-4)
a.
Se levantó (v. 3a)
b.
La descripción de la ciudad (v. 3b) , 100 kms. De circunferencia del área
metropolitana. Tenía espacio para extenderse, no como Jerusalén y otras
ciudades de Israel. La Nínive metropolitana.
c.
La proclamación del mensaje ( v. 4) era mensaje de Dios, no su propio mensaje,
no sus sueños, ni sus visiones, ni sus opiniones.
d.
Dios nos llama, a veces nos da una segunda oportunidad, muchas veces no.
Debemos reaccionar inmediatamente a la Palabra de él y predicar su mensaje, no
el nuestro. Jamás podemos asumir que Dios dará una segunda oportunidad… Dios no
pasará por alto la desobediencia.
II.
LA PALABRA DE DIOS Y EL PUEBLO Y EL REY (v. 1-9)
1. El pueblo en
general, v. 5
(1) creyeron
(2) mostraron su fe =
ayunaron y se vistieron con cilicio (tela rústica del pelo de cabra, usado por
los pobres, los pastores y los esclavos, y para tiempos de luto).
2. El rey en
particular, vv. 6-9. (Asurdan III, 771-754 o Asurnirari V, 754-745)
Recibió el mensaje y se
arrepintió. Proclamó para que el pueblo:
(a) ayunara (hasta los
animales)
(b) se vistiera de
cilicio (hasta los animales)
(c) clamara a Dios
(d) se convirtiera de
su mal camino
• Violencia = el trato
de uno hacia otros cuando se pone encima de las leyes, Asiria y su
• Nadie puede pensar
que su posición le da el derecho a dominar a otros.
III.
EL DIOS DE LA PALABRA (v. 10)
1. Dios responde cuando
reaccionamos a su Palabra
2. Dios demuestra
misericordia (cede) cuando el pecador se arrepiente
La fe verdadera se
vincula con el arrepentimiento verdadero. Nos arrepentimos o fingimos
arrepentimiento. Dios honra su Palabra. Las amenazas son tan ciertas como las
promesas.
Dios dio a Jonás una
segunda oportunidad (v. 1)
¡Qué
lindo saber que Dios nos puede dar una segunda oportunidad!
Hoy, puedes comenzar de
nuevo a cumplir el plan de Dios para tu vida. ¡Hazlo!
a.
Jonás anunció el mensaje de la Palabra
de Dios (v. 2-4)
b.
Obedeció a Dios – fue y habló según como
Dios le dirigió (v.3)
c.
Jonás predicó la Palabra (v.4)
d.
Vidas fueron cambiadas (v. 5-6)
e.
Personas se arrepintieron de sus pecados.
Creyeron en Dios.
1. ¿Cómo reaccionamos a
la Palabra de Dios? (¿La leemos para poder reaccionar?)
2. ¿Cuántas veces
tenemos que escuchar la voz de Dios para actuar?
3. Si respondemos,
¿cómo lo hacemos? ¿De todo corazón o a medias?
4. Si existe un cambio,
¿cuánto tiempo dura? Dios perdonó a Nínive para 150 años, hasta su destrucción
en 612 a.C. por Babilonia.
Ojalá que seamos como
dice Santiago: hacedores de la Palabra y no solamente oidores, engañándonos a
vosotros mismos.