lunes, 29 de julio de 2013

¿Cómo respondes a la Palabra de Dios?

Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré.  Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino.  Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua;  sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos.  ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos?  Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo”. (Jonás 3:1-10)

¿Cómo respondemos a la Palabra de Dios?


Otra vez tenemos el ejemplo de Jonás y la ciudad de Nínive que nos presenta como uno debe responder a la Palabra de Dios.

Jonás tal vez estaba en Jerusalén haciendo sus votos al Señor. Dios le dio algo de tiempo para su recuperación física y para su restauración espiritual. Asiria estaba en un tiempo de crisis. Había rebelión en Babilonia; Israel, Judá y Siria dejaron de dar tributo; Jeroboam II tomó territorio Asirio. En el 763 hubo un eclipse total del sol, también plagas en 765 al 759. Los eventos sucedieron entre la muerte de Adad-nirari I en 782 y la llegada al trono de Tiglat-pileser III en 745.

La reacción a la Palabra de Dios debe ser inmediata y de todo corazón. La revelación demanda una reacción.

Viendo el ejemplo del profeta y la ciudad podemos aprender cómo debemos reaccionar a la Palabra de Dios.

I. LA PALABRA DE DIOS Y EL PROFETA (v.1-4)

1. La segunda llamada, v. 1

a.       Vemos la soberanía de Dios.
b.      No siempre existe una segunda oportunidad
c.       Si Dios la da, debemos reaccionar a ella

2. La repetición del mandato de Jehová (v. 2)

Una ciudad grande para Dios, Dios es el Dios de las naciones. No le importaba el tamaño ni su política, sino su gente. 

3. La reacción del profeta ( v. 3-4)

a. Se levantó (v. 3a)
b. La descripción de la ciudad (v. 3b) , 100 kms. De circunferencia del área metropolitana. Tenía espacio para extenderse, no como Jerusalén y otras ciudades de Israel. La Nínive metropolitana.
c. La proclamación del mensaje ( v. 4) era mensaje de Dios, no su propio mensaje, no sus sueños, ni sus visiones, ni sus opiniones.
d. Dios nos llama, a veces nos da una segunda oportunidad, muchas veces no. Debemos reaccionar inmediatamente a la Palabra de él y predicar su mensaje, no el nuestro. Jamás podemos asumir que Dios dará una segunda oportunidad… Dios no pasará por alto la desobediencia.

II. LA PALABRA DE DIOS Y EL PUEBLO Y EL REY (v. 1-9)

1. El pueblo en general, v. 5

 (1) creyeron
(2) mostraron su fe = ayunaron y se vistieron con cilicio (tela rústica del pelo de cabra, usado por los pobres, los pastores y los esclavos, y para tiempos de luto).

2. El rey en particular, vv. 6-9. (Asurdan III, 771-754 o Asurnirari V, 754-745)

Recibió el mensaje y se arrepintió. Proclamó para que el pueblo:
(a) ayunara (hasta los animales)
(b) se vistiera de cilicio (hasta los animales)
(c) clamara a Dios
(d) se convirtiera de su mal camino
• Violencia = el trato de uno hacia otros cuando se pone encima de las leyes, Asiria y su
• Nadie puede pensar que su posición le da el derecho a dominar a otros.

III. EL DIOS DE LA PALABRA (v. 10)

1. Dios responde cuando reaccionamos a su Palabra
2. Dios demuestra misericordia (cede) cuando el pecador se arrepiente
La fe verdadera se vincula con el arrepentimiento verdadero. Nos arrepentimos o fingimos arrepentimiento. Dios honra su Palabra. Las amenazas son tan ciertas como las promesas.
Dios dio a Jonás una segunda oportunidad (v. 1)

¡Qué lindo saber que Dios nos puede dar una segunda oportunidad!

Hoy, puedes comenzar de nuevo a cumplir el plan de Dios para tu vida. ¡Hazlo!
a.       Jonás anunció el mensaje de la Palabra de Dios (v. 2-4)
b.      Obedeció a Dios – fue y habló según como Dios le dirigió (v.3)
c.       Jonás predicó la Palabra (v.4)
d.      Vidas fueron cambiadas (v. 5-6)
e.       Personas se arrepintieron de sus pecados. Creyeron en Dios.

1. ¿Cómo reaccionamos a la Palabra de Dios? (¿La leemos para poder reaccionar?)
2. ¿Cuántas veces tenemos que escuchar la voz de Dios para actuar?
3. Si respondemos, ¿cómo lo hacemos? ¿De todo corazón o a medias?
4. Si existe un cambio, ¿cuánto tiempo dura? Dios perdonó a Nínive para 150 años, hasta su destrucción en 612 a.C. por Babilonia.


Ojalá que seamos como dice Santiago: hacedores de la Palabra y no solamente oidores, engañándonos a vosotros mismos.

lunes, 22 de julio de 2013

Fortalecete en la prueba

A prueba de Fuego: Fortalecido al pasar por la prueba

¿A quién le agrada sufrir? Obviamente que a nadie le agrada sufrir, pero muchas veces es muy necesario sufrir para lograr un resultado esperado. Por ejemplo: Un niño no quiere ser vacunado para prevenir la gripe, pero la vacuna le ayudará a estar completamente preparado inmunológicamente para no contagiarse con la gripe, es decir, la vacuna lo fortalecerá para afrontar ese virus a futuro.

Los creyentes en la época que se escribió Santiago estaban experimentando diversas y dolorosas pruebas; algunos estaban incluso siendo utilizados para iluminar las calles con sus propios cuerpos, ¿Te puedes imaginar un escenario tan horripilante? Eso era lo que vivían los creyentes en tal época.

Es por aquello que el Espíritu Santo guió a Santiago a animarles a que su fe sea puesta en práctica y que a pesar de aquellas pruebas, tribulaciones y persecuciones sean tenidas con la actitud y madurez que Dios quiere para sus hijos:

“Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud. Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”
(Santiago 1:1-4)

Es por eso, que Dios nos somete a diversas pruebas para que nuestro carácter esté completamente como Él quiere, y que no nos falte nada. Las pruebas  o tentaciones producirán en nosotros una fortaleza en nuestro carácter si las confrontamos de la manera correcta.

¿Qué se fortalecerá en mi vida a través de las pruebas?

1.      Las pruebas fortalecen tu paciencia. (ver. 3)

a.       Nosotros no nacemos teniendo paciencia.
b.      Necesitamos desarrollar la paciencia.
c.       La paciencia es desarrollada a través de la confianza que tenemos en Dios que nos dará la salida.
d.      Romanos 8:28- “Y sabemos que a los que aman a Dios, TODAS las cosas les ayudan a bien.”
e.       Las pruebas nos ayudarán a generar esa paciencia y confianza en Dios que necesitamos.

2.      Las pruebas fortalecen tu madurez. (ver. 4)

a.       Al saber esperar y confiar pacientemente la voluntad de Dios, nos hará cristianos con un carácter maduro.
b.      La palabra “perfectos” da la idea de madurez.
c.       Una persona madura dirá al momento de la dificultad: “Señor, aunque ahora no entiendo esta dificultad, sé que es con un propósito y que Tú tienes el control de todo, y te agradezco por esta dificultad porque me ayudará en mi carácter para Tu honra y gloria.”

3.      Las pruebas fortalecen tu gozo.(ver 1-2)

a.       Cuando un cristiano es maduro espiritualmente, verá el sufrimiento como un agente de Dios que está trabajando en su vida.
b.      Al observar que Dios trabaja en mejorar nuestro carácter producirá gozo en el creyente.
c.       El gozo no depende de las circunstancias como la felicidad.
d.      El gozo proviene únicamente de una relación íntima con Dios. (Filipenses 4:4)

La vida cristiana es como la vida de un atleta, mientras más es probado, ejercitado y capacitado, mejores resultados tendrá en la competición.

Toma la decisión de no quejarte ni deprimirte ante las pruebas en tu vida, transforma esa prueba en una fortaleza y grandeza para la gloria de Dios y agradece a Dios por ella. 

domingo, 21 de julio de 2013

Identidad suplantada: Vive la auténtica identidad.

Quizás usted conoce la historia de Ingrid Betancourt, una política colombiana-francesa que en febrero del 2002 fue secuestrada por la FAR tras ir a entablar conversaciones de paz con la guerrilla. Estuvo secuestrada durante 6 años, donde sufrió el rigor de la reclusión en las zonas selváticas colombianas, en donde, a demás de ser violentada a más no poder en mucho ámbitos, fue recluida de su autentica identidad. Como el testimonio de Ingrid, hay muchos testimonios de personas secuestradas han ido perdiendo paulatinamente la identidad que poseían realmente antes de estar en aquella condición.

Durante la semana tuvimos varios testimonios de hermanos que querían rendir sus vidas a Dios, y dejar de vivir identidades que no le pertenecen realmente, sino que vivir la autentica identidad que posee un hijo de Dios.


Ese era el anhelo del apóstol Pablo, al escribirles a sus amados hermanos de la Iglesia de Corinto:

“¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! Sí, toleradme. Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo. Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.”
(2ª Corintios 11:1-3)

Podemos ver ese anhelo del apóstol, que no fuesen engañados por la Serpiente astuta como engañó en el pasado a Eva haciéndole vivir una identidad que realmente no le pertenecía.

En la Biblia encontramos varias características de la Serpiente (Satanás):

a.       En Isaías 14 y Ezequiel 28 encontramos a la Serpiente siendo parte de los ángeles más preciosos de Dios, pero ambicioso y anhelante de poder y gloria propia.
b.      En Juan 10:10 lo vemos como un ladrón que vino a hurtar, minar, matar y destruir al rebaño de Dios.
c.       En Juan 8:44 lo vemos como el padre de la mentira y como homicida.
d.      En Apocalipsis 20:10 lo vemos como el engañador.
e.       En 2ª Corintios 4:4 es presentado como el dios de este siglo.
f.       En Efesios 2:2 es mencionado como el príncipe de las potestades del aire.
g.      En 1ª Pedro 5:8 lo vemos como león rugiente buscando a quién devorar, mutilar, destruir.
h.      Pero, para esto apareció Dios según 1ª Juan 3, para deshacer todas las obras del Diablo.

-“Satanás promete mucho, da poco, y lo quita todo.”-

Estamos propensos siempre a que nuestra identidad en Cristo Jesús sea suplantada, ya sea por las malas decisiones que tomamos, como también por el plan demoniaco de Satanás para destruir a quienes están conformados a la imagen de Dios. Tenemos una identidad suplantada, pero Dios quiere que vivamos la auténtica identidad. ¿Por qué vivir la autentica identidad?

1.      Porque usted tiene una identidad.

a.       Es usted un participantes de la naturaleza divina (2ª Pedro 1:4)
b.      Usted dejó de ser hijos de la Serpiente, y ahora es un hijos de Dios por fe en Él (Juan 1:12)
c.       Es usted ahora un heredero y coheredero de las riquezas divinas (Romanos 8:17)
d.      Usted es miembro de la familia de Dios (Efesios 2:19)

2.      Porque usted tiene una herencia.

a.       Usted tiene una herencia en los cielos (1ª Pedro 1:3)
b.      Tiene una morada eterna (2ª corintios 5:1)
c.       Nuestro Señor mismo fue a prepararnos morada juntamente con Él en los cielos (Apocalipsis 21:3-5; Juan 14:1)

3.      Porque usted tiene un propósito.

a.       Tenemos esa identidad para que alabemos y glorifiquemos a Dios en todo (Efesios 1:4-6), ese es nuestro primer propósito en esta vida.
b.      En 1ª Pedro 2:9 a demás de presentarnos lo que ahora somos en Cristo Jesús, nos menciona el propósito que fuimos llamados por Dios siendo sus hijos, ese propósito es para anunciar las virtudes de Él.
c.       Cada creyente está llamado a contar a otra persona las virtudes de Dios, de cómo mostró Su amor a cada persona de la tierra enviando a Cristo a morir por nuestros pecados.
d.      No es un llamado solo para los líderes y pastores, sino que es un llamado a todo creyente que ha depositado su fe en Cristo.
e.       Tenemos que ser testigos de Dios, para eso tenemos el Espíritu Santo de Dios (Hecho 1:8)

Ya que sabemos que tenemos una identidad en Cristo, una herencia eterna incorruptible e inmarcesible y un propósito, ¿Estamos cumpliendo por lo cual Dios nos llamó del reino de las tinieblas a la Luz?

 Dejemos de vivir una identidad que no nos pertenece y decidamos vivir la auténtica identidad, no le demos lugar a la Serpiente, ella solo quiere engañar y destruir, pero Dios quiere tener una hermosa relación con usted y con muchos más. 

viernes, 19 de julio de 2013

Si no entiende la Biblia, no la ha leído bien!

“Creo que no necesito iniciar estos comentarios diciendo que debemos leer las Escrituras. Ustedes saben cuán necesario es que nos alimentemos con la verdad de la Santa Escritura. ¿Acaso necesito preguntarles si leen la Biblia? Me temo que esta es una época en la cual se leen revistas, periódicos, pero no se lee la Biblia como se debería leer. En los tiempos de los puritanos, los hombres contaban con un escaso suministro de otro tipo de literatura, pero ellos encontraron una biblioteca completa en ese único libro, la Biblia. Y ¡cómo leían la Biblia!

¡Cuán poco de la Escritura hay en los sermones modernos comparados con los sermones de esos maestros de la teología! Casi cada frase que ellos dicen parece arrojar luces desde diferentes ángulos sobre el texto de la Escritura. No sólo sobre el texto acerca del cual estaban predicando, sino muchos otros versículos son contemplados bajo una nueva luz en el desarrollo del sermón. Ellos introducen luces entremezcladas procedentes de otros versículos que son paralelos o casi paralelos al texto predicado, y de esta manera educan a sus lectores para comparar lo espiritual con lo espiritual.

Yo le pido a Dios que nosotros los ministros nos acerquemos más al grandioso Libro antiguo. Seríamos predicadores capaces de instruir, si así lo hiciéramos, sin importar si somos ignorantes del “pensamiento moderno,” o no estamos “al tanto de los tiempos.” Les garantizo que estaríamos muchas leguas de distancia por delante de nuestro tiempo, si nos mantuviéramos muy cerca de la Palabra de Dios.

Y en cuanto a ustedes, hermanos y hermanas míos, que no tienen que predicar, el mejor alimento para ustedes es la propia Palabra de Dios. Los sermones y los libros están muy bien, pero los ríos que recorren una gran distancia sobre la tierra, gradualmente recogen algo de basura del suelo sobre el que fluyen y pierden la frescura que los acompañaba al salir del manantial. La verdad es más dulce cuando acaba de salir de la Roca abierta, pues ese primer chorro no ha perdido nada de su vitalidad ni de su carácter celestial. Siempre es mejor beber agua del pozo, que del tanque de almacenamiento. Ustedes se darán cuenta que leer la Palabra de Dios por ustedes mismos, leer esa Palabras más que comentarios y notas acerca de ella, es la manera más segura de crecer en la gracia. Beban la leche sin adulteración de la Palabra de Dios, y no la leche descremada, o la leche mezclada con agua proveniente de la palabra del hombre.

Un viejo predicador solía decir que la Palabra tiene un poderoso cauce sin interrupciones en muchas personas hoy en día, pues entra por un oído y de inmediato sale por el otro. Lo mismo parece suceder con algunos lectores: pueden leer muchísimo, pero es porque no leen nada. El ojo mira, pero la mente no descansa nunca. El alma no se posa sobre la verdad ni se queda allí. Revolotea sobre el paisaje como podría hacerlo un pájaro, pero no construye ningún nido allí, ni encuentra descanso para la planta de su pie. Ese tipo de lectura no es lectura. Entender el significado es la esencia de la verdadera lectura.

Ahora, queridos hermanos, a menos que entendamos lo que leemos, no hemos leído nada. Algunos se consuelan a sí mismos con la idea que han llevado a cabo una buena acción cuando han leído un capítulo, pero cuyo significado no han entendido del todo. Pero ¿acaso la propia naturaleza no rechaza esto como mera superstición? Si hubieras colocado el libro al revés, y hubieras dedicado el mismo tiempo a leer las letras en esa posición, te habrías beneficiado tanto como si lo leyeras en la posición normal sin entenderlo.

Si tuvieran el Nuevo Testamento en griego, para muchos de ustedes sería imposible de entender, pero se beneficiarían de igual manera leyendo eso como si leyeran el Nuevo Testamento en español, a menos que lo leyeran con un corazón capaz de entenderlo. No es la letra la que salva al alma; la letra mata en muchos sentidos, y nunca puede dar la vida. Si insistes en quedarte sólo con la letra, puedes ser tentado a usarla como un arma en contra de la verdad, como lo hicieron los fariseos antiguamente, y tu conocimiento de la letra puede engendrar orgullo en ti, para tu propia destrucción.

Es por medio del espíritu o sea, el significado interno real que es absorbido por el alma, que somos bendecidos y santificados. Nos saturamos de la Palabra de Dios, como el vellón de Gedeón, que estaba remojado del rocío del cielo. Y esto sólo puede suceder cuando recibimos la Palabra en nuestras mentes y en nuestros corazones, aceptándola como la verdad de Dios, y entendiéndola de tal manera como para gozarnos en ella. Entonces debemos entenderla, o de lo contrario no la hemos leído correctamente.


Amados hermanos, nunca van a obtener consuelo para sus almas de una fuente que no entienden, ni van a encontrar ninguna guía para sus vidas de algo que no comprenden; ni ninguna aplicación práctica para su carácter podrá venir de lo que no es entendido por ustedes”. – Charles Spurgeon

jueves, 18 de julio de 2013

Que no te falte nada!

El Plan de Salvación.

Para evangelizar es necesario conocer el llamado “Plan de salvación”, es decir, la manera ordenada de exponer el programa de Dios para el pecador. Pedro en su mensaje el día de Pentecostés habló sobre la muerte y resurrección de Cristo en favor del pecador (Hechos 2:29-33), ante la reacción del pueblo a su mensaje, él les dice arrepentíos (ver.38). El evangelista Felipe utilizó Isaías 53 para evangelizar al eunuco.

El plan de salvación debe tener por lo menos cuatro elementos principales que no pueden estar ausentes en una presentación evangelística:

1.     El Pecado.

2.     Las consecuencias del pecado.

3.     El plan providencial de Dios para el problema del pecado: La muerte de Cristo por nuestros pecados.

4.     Lo que el pecador debe hacer para apropiarse de la salvación: Arrepentirse y creer.

a.     El pecado.

Es la transgresión de la primera pareja humana que produjo consecuencias inevitables para el ser humano.  (Romanos 3:23; 1ª Reyes 8:43)

b.     El plan providencial de Dios.

Dios envió a Su hijo (Jesús). Él pudo haber ideado un plan o una manera distinta para el problema de la salvación, pero Dios envió a Su propio hijo. (Juan 1:14). La Biblia lo llama el Postrer Adán o el segundo Adán, ya que Cristo se hizo carne siendo Dios (1ª Corintios 15:45-49) para que este postrer Adán triunfara (Hebreos 4:15). Con la muerte de Jesús, cumplió el plan inicial de Dios, sin cambiar absolutamente nada para que esa infección que poseíamos llamada pecado, fuese sanada mediante Su muerte.

c.      El arrepentimiento.

Arrepentimiento significa un cambio de mente, no se trata de penitencia. Es decidir cambiar radicalmente la forma de pensar y actuar en cuanto a la antigua manera de vivir y decidir seguir a Cristo como salvador y señor de nuestras vidas.

d.     Fe.

Fe es confianza. El arrepentimiento y la Fe llevan a la persona z tomar la decisión más importante de su vida: Recibir a Cristo como su Señor.


Muchas veces cuando evangelizamos estamos presentando un evangelio diluido al no presentar el plan completo de Dios, y no mostramos el cuadro completo que Cristo vino a morir conforme a las Escrituras, fue sepultado y resucitó (1ª Corintios 15:3-4) y si reconocemos que nosotros no podemos tener acceso a Dios por nuestra cuenta y que necesitamos a Cristo y creemos por fe en Él, Dios nos da la promesa de la Vida Eterna, y sabemos que la cumplirá porque Él no miente (Tito 1:2). 

martes, 16 de julio de 2013

Conoce, crece, produce y ama leyendo.

Los cristianos deben leer!

¿Por qué los cristianos tienen que ser lectores? Aquí hay cuatro buenas razones para leer: conocer, crecer, producir, y amar.

       1.      Leer Para Conocer

La mejor razón para leer es conocer a Dios. Cada uno de nosotros puede y va a encontrarse con Dios en su Palabra, pero esto no quiere decir que se revela a cada uno de nosotros en igual medida. Podemos y debemos aprovechar lo que otros han aprendido y lo hacemos a través de los libros. Los libros son una parte importante de nuestra tarea permanente de llegar a conocer a la persona y la obra de Dios.

Hay muchas personas que se sienten intimidadas por la lectura de obras teológicas. Sin embargo, estamos bien servidos con libros nivel básico y de alcance medio. No importa quién eres, existe un libro escrito en su nivel. Uno de los problemas con dejarnos intimidar  y alejarnos de los libros difíciles, libros que están sólo un poco más allá de nosotros, es que podemos empezar a creer que tenemos de Dios más o menos resuelto todo en cuanto a conocerle. Pero aquí está la cosa: es posible capturar y encerrar al Dios de Joel Osteen, pero luego lees a  Charles Spurgeon o Jonathan Edwards y estás completamente humillado por lo poco que sabes de este Dios.

Si no lees, te estás negando a tí mismo una gran manera de aprender quién es Dios y cómo actúa en este mundo. No existe un estudio más satisfactorio y más amplio que esto. Primero a través de Su palabra misma y luego a través de buenos libros.


2.      Leer Para Crecer

La lectura es un medio a través del cual iniciamos y mantenemos el crecimiento personal. Leemos para conocer a Dios y leemos para crecer en nuestra capacidad para honrarlo en cada área de nuestras vidas.
Hay tres tipos de crecimiento a los que quiero señalar:

a.      Crecimiento en las áreas de debilidad
Identifique áreas de debilidad y lea libros para fortalecer eso. Esta puede ser debilidad del conocimiento, debilidad de carácter o debilidad de entendimiento. Sea cual sea su debilidad, existe sin duda un libro que le responde específicamente y bien.

b.      Crecimiento en ámbitos de poder
Identifique áreas de fortaleza y lea para crecer aún más. Aquí es donde usted se impulsa a crecer más allá de los principios básicos y se mueve a obras avanzadas. Vaya a los libros para que el carácter ya desarrollado en ti se fortalezca y sigas creciendo contantemente. No es para nada bíblico dejar de crecer. Si no te estás fortaleciendo y creciendo, estás retrocediendo y eso no honra para nada a Dios.

c.       Crecimiento en áreas de responsabilidad.
Identifique áreas de responsabilidad y lea libros para reforzarlas. Cual sean sus responsabilidades, encuentre libros que le permitirán cumplir con mayor habilidad y una mayor comprensión de los principios bíblicos. Los pastores necesitan hacer libros sobre la predicación y el ministerio pastoral en una parte regular de su dieta lectura. Los padres deberían leer libros sobre la crianza de los hijos, los jefes o propietarios deberían leer libros sobre liderazgo, y así sucesivamente. Si usted es el que maneja las finanzas de su familia, lea un libro ocasional que proporcione una perspectiva bíblica sobre el dinero. Si usted es miembro de una iglesia, sobre la importancia de la iglesia local y su responsabilidad en ella.

Consejo: las biografías pueden ser muy útiles en cada una de estas áreas. Una biografía de un gran líder le permitirá ser un mejor líder, una biografía de un gran líder que era un padre terrible le enseñará cómo evitar tener éxito en un área, pero fracasar en otra.

Hay muchas maneras de que el Señor nos moldea y nos hace crecer. No me refiero a minimizar el valor de sermones, el estudio personal de la Biblia e incluso las circunstancias. Sin embargo, los libros son un medio muy importante de la gracia del Señor a nosotros.

3.      Lea Para Dirigir

Todo hombre está llamado a dirigir en algún área de la vida, ya sea que sea el liderazgo en el hogar, en el trabajo, en la iglesia o en otro lugar. Los buenos líderes son buenos lectores. Hay, por supuesto, un montón de evidencia anecdótica para demostrar que los grandes hombres de la historia eran lectores –tráigame un gran hombre cuya mente fue moldeada por la televisión y le voy a encontrar mil que fueron formadas por libros— pero necesitamos más que la evidencia anecdótica.

Es obvio que para ser un buen líder, tiene que dirigir de una forma distintivamente bíblica. Un escritor aboga por lo que llama “inteligencia conviccional,” que él define como: “El producto del aprendizaje de la fe cristiana, bucea profundamente en la verdad bíblica, y descubre cómo pensar como un cristiano.” En otras palabras, los mejores líderes cristianos aprenden la verdad, la aplican, piensan como alguien que ha sido formado por ella, y dirigen en consecuencia. El hecho ineludible es que sus convicciones determinan dónde dirigir y cómo dirigir. Usted no va a dirigir contrario a sus convicciones y no dirigirá mejor que sus convicciones. Por lo tanto, es necesario definir, desarrollar y refinar continuamente esas convicciones. Este escritor dice: “Cuando usted encuentra un líder, usted ha encontrado un lector. La razón de esto es simple: no hay sustituto para la lectura eficaz a la hora de desarrollar y mantener la inteligencia necesaria para dirigir.”

Así que la pregunta para cada uno es la siguiente: ¿De dónde eres un líder? Esto orientara a su lectura. Como líder, usted sabe lo debe a aquellos que usted dirige para seguir creciendo como líder. Los hombres son líderes y los líderes son lectores. Así que ¡siga leyendo!

4.      Lea Para Amar

Si bien tendemos a considerar la lectura como una actividad personal, también puede ser un medio para amar a otros. Aquí hay tres maneras de amar a los demás siendo un lector:

a.      Leer para comprender.
Ya he dicho que hay que leer para conocer mejor al Señor, para crecer en el desarrollo personal, y para ser un mejor líder. Este tipo de lectura no le beneficia a usted solamente, sino también a los que le rodean. Eso es muy importante, pero hay un segundo tipo de conocimiento, que quiere dirigir a la comprensión de otras personas.

b.      Leer para Recomendar.
Se puede amar a los demás mediante la recomendación de libros que les ayuden en sus circunstancias. Esto puede implicar la lectura de libros que se aplicarán más a los demás que a usted mismo. Un pastor casado puede leer libros sobre la soltería para que pueda recomendar los mejores a la gente de su iglesia que es soltera (y un pastor soltero puede leer libros sobre el matrimonio). Leer ampliamente le permite ayudar a la gente de manera muy específica.

c.       Lea hacia el discipulado.
Incluso mejor que la lectura de libros para la gente es leer libros con la gente. Al leer libros con los demás, puede dejar que el autor sea el “Pablo” y usted y la gente con la que lee puede ser “Timoteo.”

Para algunas personas la lectura es un gran y natural placer. Esta gente leería incluso si no se siente obligado a conocer, crecer, dirigir o amar. Sin embargo, para otras personas leer no es ningún placer en absoluto. ¿Puedo sugerir que estas personas harían bien en aprender lo que es un placer? ¡los placeres se pueden aprender! Hubo un tiempo en que yo odiaba el café, pero la gente me decía que aprendiera a disfrutarlo como un placer.


La lectura es un placer que vale la pena aprender a amar y seguir, incluso si se requiere un poco de esfuerzo al principio. Sin embargo, ya sea que se trate de placer o dolor, comprométase a leer para conocer, leer para crecer, leer para dirigir y leer para amar.