miércoles, 10 de julio de 2013

Continua la cadena!

Multiplícate a través de otros



Un hombre llamado Eduardo Kimball tenía el propósito de alcanzar el mundo, eso lo llevó a un hombre llamado D.L. Moody. Este último fue reconocido por ser uno de los pioneros en utilizar técnicas de evangelismo de masas. Durante estas cruzadas de Moody en Inglaterra, fue invitado junto a F.B. Meyer a los Estados Unidos, donde allí durante sus campañas evangelísticas un joven predicador llamado J. W. Chapman transformó su vida en ser un ministro de evangelización. Posteriormente continuó la cadena de Kimball Billy Sunday, donde llevó a alcanzar a un hombre llamado Billy Graham. Todos estos eventos ocurrieron alrededor de los años 1800. Pero, ¿Qué está pasando en nuestros días?


Cristo nos llama a todos sus hijos, a ser discípulos que nos multipliquemos espiritualmente. Esta multiplicación debe ser resultado de la aplicación consciente de los principios bíblicos y no el producto de una mera coincidencia.

Podemos ver que hay muchos casos de efectividad de la multiplicación de discípulos, y para nada es algo nuevo, sino que es algo que si da resultado.

El significado de la palabra “discípulo” que al parecer fue muy utilizada por Cristo, por lo menos así lo vemos reflejada en los evangelios y en el libro de Hechos (269 veces), es la palabra en griego “Mathetes” y tiene  la idea de alguien que a sido enseñado o capacitado. Cristo hacía referencia a esta palabra al referirse a aquellos que tenían su vida íntimamente ligada a Él.

Cristo define la palabra discípulo de tres formas:

1.      Un discípulo es aquel que se encuentra involucrado con la Palabra de Dios de una manera continua.- (Juan 8:31)

2.      Un discípulo es aquel que pone su vida por otros.- (Juan 13:34-35)
a.       El amor que es expresado al realizar este acto es más que hacer buenas obras.
b.      Jesús cautivó el corazón de sus discípulos con el amor incondicional que les dio a ellos.

3.      Un discípulo es aquel que permanece diariamente en una unión fructífera con Cristo.- (Juan 15;4-5, 8, 16)

¿Por qué formar discípulos?

La Biblia nos muestra el discipulado y  el efecto que este puede producir en la Iglesia local. El discipulado es compartir con otros cómo Dios ha andado con nosotros a través de Su Palabra y otras personas.

I.                   En el Antiguo Testamento ya lo hacían:

a.       Vemos a Moisés abriendo su vida y su corazón a Josué.
i.                    Moisés debía transmitir a su aprendiz Josué todo lo que Dios le había enseñado (Deuteronomio 3:28), invirtiendo tiempo en él a través de conversaciones, actitudes de carácter, etc.
ii.                  Moisés fue un verdadero canal humano, que sirvió para desarrollar a Josué a que llegase a ser un siervo de Dios.
b.      Elías tenía una escuela de profetas jóvenes, uno de ellos fue su sucesor Eliseo, que fue instruido personalmente por Elías.
c.       En el caso del rey David, podemos ver esa relación con su ejército.
d.       Pero el énfasis que vemos del discipulado es principalmente en nuestros hogares. -(Deuteronomio 6:6-7)

II.                Cristo nos muestra el ejemplo a través de cuatro métodos de enseñanza que resaltan sobre el resto:

1.      La predicación.
2.      La enseñanza (tanto a masas como a grupos íntimos pequeños)
3.      La santidad
4.      Los milagros.

III. Los discípulos lo continuaron:

a. Pablo con Tito y Timoteo es uno de los casos que más resaltan en el Nuevo Testamento, pero sin duda, Tito y también Timoteo continuaron la cadena con otros.

b. Andrés trajo a un niño con los panes (Juan 6:8-9), también llevó a unos griegos a ver a Jesús (Juan 12:21), y llevó a su hermano Simón hasta Jesús.(Juan 1:40)
   i. Pedro después evangelizó a miles de Judíos en Hechos 2
   ii. Después que él ganó a esos hermanos, ellos salieron a predicar por varios lugares. (Hechos 8:1-4)

c. Juan: Adiestró a otros, incluso en la historia de la iglesia, podemos encontrar relatos que él ganó para Cristo a una persona llamada Policarpo, y que Policarpo adiestró a otro llamado Ireneo quien llegó a ser pastor y ambos murieron en las persecusiones del siglo II d.C.

d. Bernabé se dedicó a involucrar a Saulo a la iglesia y estuvo con él en el ministerio por un año (Hechos 11:22-26)  y a la vez para animarlo, refinarlo y fortalecerle a Pablo para la obra. También trabajó en la vida de Marcos, quién después de abandonar la obra, Pablo lo considera como una ayuda útil para la obra.

Dios quiere que extendamos el evangelio, pero también quiere que nos preocupemos por enseñarles a ellos, capacitándolos y equipándolos para que estos enseñen también a otros a hacer lo mismo.

Ganar a personas para Cristo es una argolla que nos lleva a la cadena de multiplicación espiritual. El evangelizar y discipular siempre van unidas en la Palabra de Dios. Es así, que también el discipulado es la forma más efectiva y rápida de movilizar a los creyentes a la evangelización.

Si nuestro discipulado es auténtico, la Iglesia se proveerá de discípulos Cristo-céntricos y orientados a permanecer siempre en la Palabra de Dios.

¡Toma el desafío de invertir tu vida en otros, eso glorificará a Dios y ayudará a cumplir el objetivo de alcanzar a todo el mundo con el evangelio!


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