miércoles, 3 de julio de 2013

Prepárate: Muerte Inminente!


¿Qué es la muerte?



Un autor una vez escribió: “A nivel médico o científico, la muerte en sí es un profundo misterio. Sí, es un misterio, incluso para aquellos que la ven regularmente”.

Si pudiésemos no morir, incluso nos cansaríamos de vivir. He escuchado muchas veces decir a personas: “Estoy cansado(a) de vivir, pero tengo miedo de morir”. Debido a muchas circunstancias la vida puede convertirse en una carga, pero aun así nos sentimos intimidados ante la muerte, o mejor dicho, intimidado ante la idea de qué hay después de esta vida.

Hay diversas creencias filosóficas como incluso religiosas totalmente ambiguas y erróneas. Algunos sostienen que cuando se deja de vivir, no hay nada más después, simplemente se acaba todo. Por otra parte, hay religiones que expresan que cuando se muere se pasa a un lugar de “descanso” en donde el alma reposa. Hay otra creencia que sostiene que después de esta vida hay un lugar donde uno puede expiar sus culpas y así pasar a un estado mejor. Otros creen en una antigua creencia que hoy en día la conocemos como la reencarnación. Pero lo concreto es que, todos moriremos en algún momento y debemos saber qué nos depara para ese momento.

¿Por qué necesito saber esto?

Necesito saber lo que ocurrirá para estar preparados adecuadamente. Si hay algo que se pueda hacer antes de morir para que sea más seguro el morir, eso debería ser una de las prioridades que nos deben apremiar.
¿Qué pasa cuando una persona muere según la Biblia?

La Biblia menciona que cuando una persona muere su cuerpo físico deja de funcionar y su espíritu pasa al ámbito espiritual para su destino eterno. Es decir, cuando una persona muere, el espíritu de aquella persona sale del cuerpo y espera su destino eterno. Esta es la muerte según la comprendemos en Hebreos 9:27- “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”. Así que, evidentemente no podemos morir más de una sola vez. Cuando mueres, ya no hay regreso, tu espíritu pasará a su destino eterno.

El Antiguo Testamento, habla en innumerables ocasiones de un lugar de sombras llamado *Seol*, que en algunas traducciones se encuentra como “sepulcro”. Este es el lugar donde los muertos van (Job 21:13).

En el Nuevo Testamento, encontramos mayor detalle sobre este tema, Cristo hace una referencia a un lugar físico de destino del alma y da dos opciones en (Un lugar de consolación y un lugar de tormento)

Lucas 16:19-31 “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.  Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.”

Cuando Jesús estaba siendo crucificado con los dos criminales, uno le dijo: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” (Lucas 23:42). Y la respuesta de Jesús fue: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.” La mayoría de los eruditos bíblicos concuerdan que el paraíso mencionado acá es el mismo lugar físico que menciona donde estaba el mendigo de Lucas 16.

Por consiguiente, Después de la muerte la persona inmediatamente enfrentará un lugar de destino eterno. La pregunta ahora es, ¿Dónde pasarás tú la eternidad? Esa es la decisión de cada uno de nosotros.
         
Jesús dijo: “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:18) Nos da la idea que ya estamos condenados al lugar de tormento.

También menciona: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:36).


La Biblia nos da una salida! La misma escritura menciona antes la solución al problema: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. (Juan 3:16). “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16). Esta es la solución a la muerte, la Biblia menciona que estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, y que no hay hombre justo que haga el bien y que nunca peque, y que por ese pecado ya estábamos condenados a la condenación eterna, a ese lugar de tormento. Pero Dios envió a Jesús a pagar el precio de librarte de ir a ese lugar, lo único que debes hacer es tomar la decisión de poner tu fe en Él, reconocer que tú no puedes hacer nada y que lo necesitas y recibir ese sacrificio que hizo por ti, pero, es tu decisión, una decisión personal entre tú y Dios. 

¿Qué decisión tomarás? Si recibes ese hermoso sacrificio que hizo Cristo por ti, no te arrepentirás jamás de haber tomado la mejor decisión de la vida.





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