¿Qué
es la muerte?
Un autor una vez escribió: “A nivel médico o científico, la muerte en sí es un profundo misterio. Sí, es un misterio, incluso para aquellos que la ven regularmente”.
Si
pudiésemos no morir, incluso nos cansaríamos de vivir. He escuchado muchas
veces decir a personas: “Estoy cansado(a) de vivir, pero tengo miedo de morir”.
Debido a muchas circunstancias la vida puede convertirse en una carga, pero aun
así nos sentimos intimidados ante la muerte, o mejor dicho, intimidado ante la
idea de qué hay después de esta vida.
Hay
diversas creencias filosóficas como incluso religiosas totalmente ambiguas y erróneas.
Algunos sostienen que cuando se deja de vivir, no hay nada más después,
simplemente se acaba todo. Por otra parte, hay religiones que expresan que
cuando se muere se pasa a un lugar de “descanso” en donde el alma reposa. Hay
otra creencia que sostiene que después de esta vida hay un lugar donde uno
puede expiar sus culpas y así pasar a un estado mejor. Otros creen en una
antigua creencia que hoy en día la conocemos como la reencarnación. Pero lo
concreto es que, todos moriremos en algún momento y debemos saber qué nos
depara para ese momento.
¿Por
qué necesito saber esto?
Necesito
saber lo que ocurrirá para estar preparados adecuadamente.
Si hay algo que se pueda hacer antes de morir para que sea más seguro el morir,
eso debería ser una de las prioridades que nos deben apremiar.
¿Qué
pasa cuando una persona muere según la Biblia?
La
Biblia menciona que cuando una persona muere su cuerpo físico deja de funcionar
y su espíritu pasa al ámbito espiritual para su destino eterno. Es decir,
cuando una persona muere, el espíritu de aquella persona sale del cuerpo y
espera su destino eterno. Esta es la muerte según la comprendemos en Hebreos 9:27- “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una
sola vez, y después de esto el juicio”. Así que, evidentemente no podemos
morir más de una sola vez. Cuando mueres, ya no hay regreso, tu espíritu pasará
a su destino eterno.
El
Antiguo Testamento, habla en innumerables ocasiones de un lugar de sombras
llamado *Seol*, que en algunas
traducciones se encuentra como “sepulcro”. Este es el lugar donde los muertos van
(Job 21:13).
En el Nuevo Testamento,
encontramos mayor detalle sobre este tema, Cristo hace una referencia a un
lugar físico de destino del alma y da dos opciones en (Un lugar de consolación
y un lugar de tormento)
Lucas
16:19-31 “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y
de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un
mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de
llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun
los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y
fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también
el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en
tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces
él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro
para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy
atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que
recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es
consolado aquí, y tú atormentado. Además
de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera
que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar
acá. Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi
padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no
vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le
dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. El entonces dijo: No, padre
Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas
Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán
aunque alguno se levantare de los muertos.”
Cuando
Jesús estaba siendo crucificado con los dos criminales, uno le dijo: “Acuérdate
de mí cuando vengas en tu reino.” (Lucas
23:42). Y la respuesta de Jesús fue: “De cierto te digo que hoy
estarás conmigo en el paraíso.” La mayoría de los eruditos bíblicos
concuerdan que el paraíso mencionado acá es el mismo lugar físico que menciona
donde estaba el mendigo de Lucas 16.
Por
consiguiente, Después de la muerte la persona inmediatamente enfrentará un lugar de destino eterno. La pregunta
ahora es, ¿Dónde pasarás tú la
eternidad? Esa es la decisión de cada uno de nosotros.
Jesús
dijo: “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido
condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan
3:18) Nos da la idea que ya estamos condenados al lugar de tormento.
También
menciona: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer
en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:36).
La
Biblia nos da una salida! La misma escritura menciona antes la solución al
problema: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna”. (Juan 3:16). “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo”
(Hechos 16). Esta es la solución a
la muerte, la Biblia menciona que estábamos muertos en nuestros delitos y
pecados, y que no hay hombre justo que haga el bien y que nunca peque, y que
por ese pecado ya estábamos condenados a la condenación eterna, a ese lugar de
tormento. Pero Dios envió a Jesús a pagar el precio de librarte de ir a ese
lugar, lo único que debes hacer es tomar la decisión de poner tu fe en Él,
reconocer que tú no puedes hacer nada y que lo necesitas y recibir ese
sacrificio que hizo por ti, pero, es tu decisión, una decisión personal entre tú
y Dios.
¿Qué decisión tomarás? Si recibes ese hermoso sacrificio que
hizo Cristo por ti, no te arrepentirás jamás de haber tomado la mejor decisión
de la vida.
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