sábado, 1 de marzo de 2014

¿Estoy dando lo mejor de mí?

La indolencia es un problema en el cual podemos caer por el poco contacto con la Palabra de Dios. La indolencia o vagancia es inexcusable. Por lo general, la persona que lucha con este problema también muestra señales de un problema mucho más profundo: baja autoestima, orgullo y una actitud pasiva-agresiva. En 2ª Tesalonicenses 3:6, Pablo describe a un grupo de creyentes que se habían vuelto indolentes en su devoción al Señor y en su trabajo.

Antes de continuar, pregúntese: ¿Estoy dando lo mejor de mí? O ¿Estoy dando de menos a mi empleador y a mis compañeros como resultado de los atajos y la procrastinación?

Muchos tesalonicenses no trabajaban. En lugar de eso, esperaban que la iglesia se hiciera cargo de ellos. Cuando Pablo supo de su estado desastroso, escribió dos cartas que contenían fuertes palabras de amonestación, y les dijo que, aunque Jesús no había regresado, Dios ciertamente era fiel a sus promesas. El salvador regresaría. Por tanto, hasta que regresara, tenían que seguir siendo diligentes en todos los aspectos. Eso quería decir que ¡Regresaran al trabajo!

Podemos ser indolentes en cualquier aspecto de nuestra vida: Flojos al trabajar, al congregarse, al estudiar, al leer la Biblia, al hacer tareas, a los mandatos de los padres, etc.

Jesús siempre llama a personas indolentes a la acción (Juan 5:2-9) Pablo mando a los tesalonicenses a trabajar (2ª Tesalonicenses 3:7-13)

Tú puedes caer en esta pecado por las siguientes razones:

a)      Falta de prioridades, metas y ambiciones.
b)      Egoísmo
c)      Falta de fe en el llamado y la capacidad de Dios.
d)     Sensación de orgullo.
e)      Insensibilidad al Señor y a los demás- una relación debilitada con Dios
f)       Tareas inconclusas.
g)      Testimonio destruido
h)      Ignorancia de los principios bíblicos
i)        Sentimientos de depresión, ansiedad y temor. (Efesios 6:10-18)

¿Cómo vencer  la indolencia o pereza?

Debe entender que:

1.     Dios le ha dado un propósito.
a.       Dios le ha creado y salvado con un propósito. Él le ama y si usted confía en Él, ordenará las circunstancias de modo que usted disfrutará cada momento de su voluntad. (Jeremías 29:11)

2.     Usted no está indefenso.
a.       Si usted puede sentirse tentado a no sentirse nunca libre, usted está luchando con el problema de la indolencia.
b.      Sin embargo, la Palabra de Dios nos dice que por medio de la muerte de Su Hijo podemos tener libertad y poder sobre cualquier forma de atadura.
c.       La libertad se obtiene a través de la fe en Su Hijo.
d.      Jesús nos dice cómo: (Juan 8:31-32)
e.       Después que acepta a Cristo como salvador, El Espíritu Santo llega para habitar en usted, otorgándole el mayor poder que pueda tener, el poder mismo de Dios dentro de usted.
f.       Pero, usted debe apropiarse de ese poder para su vida.

3.     Dios perdona el pecado.
a.       Dios está listo a perdonar su pecado y a darle la sabiduría y fortaleza para vencer en esta batalla contra la indolencia o cualquier otro pecado.
b.      Pero usted debe buscar su perdón y él le perdonará (1ª Juan 1:9)
c.       Además debe tomar la decisión de apartarse del pecado.

4.     Él es su única fuente de victoria.
a.       El más grande enemigo en la vida para el hijo de Dios no es absolutamente nada, comparado con el poder que Dios nos da para vencer, ese poder es Su poder. (Salmo 18)
b.      Él ha vencido al mundo de todo, incluso de nuestras luchas.
c.       Cuando ore a Dios, pídale que le de discernimiento para confrontar tales situaciones.


Un día Jesús regresará a buscar a aquellos que le conozcan como Salvador y Señor. Cuando lo haga, lo verá a la cara, si, estará usted cara a cara frente a Dios, y usted conocerá la plenitud de Su gozo eterno ¡Todas las batallas terminarán y el amor de Dios será suyo por siempre; por los siglos de los siglos! ¡Amén!

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