La clave de la madurez cristiana es perseverar en
una correcta relación con Dios. Aunque esa palabra arcaica pero pertinente,
perseverar, es hoy en día poco usada y poco vivida. Cualquier cosa puede
derrumbar una correcta comunión con Dios, apartándonos y no volviendo ni
intentando volver a tener una comunión con Dios.
Muchas veces en nuestra vida espiritual avanzamos y
por algún percance, retrocedemos lo avanzado, es como si avanzáramos 3 pasos y
retrocedemos 2.
Imaginémonos si José, Job, Daniel, Pablo o el mismo
Jesús hubiesen sido así. Nunca hubieran llegado a la verdadera madurez
cristiana, ni tendríamos ejemplo de lo que es perseverar en la fe.
Y mucho de esas luchas se encuentran en nuestra
cabeza porque creemos algunas mentiras de Satanás.
Existen 4 conceptos espirituales errados hoy en día
que Satanás ocupa para que dejemos de perseverar en nuestra comunión con Dios:
a.
El primer error es: “Por el hecho de que usted es
cristiano, todos sus problemas están resueltos.” La Biblia nunca dice eso, ella promete que seremos
nueva criatura, nos asegura un destino eterno, pero nunca nos asegura que todo
estará resuelto, es más, si menciona que vendrán algunos problemas mientras más
avanzamos y el camino se hará más duro.
b.
El Segundo error: “Para todos los problemas que vaya
a enfrentar, hay una solución en la Biblia.” No la hay. Hay muchas ocasiones en que no
hallaremos una respuesta en la Biblia para aquello que enfrentamos en
particular. En tales situaciones nos veremos obligados a andar por fe confiando
en el Señor que nos indicará el siguiente paso que debemos dar.
c.
El Tercer error: “Si tiene problemas, no es
espiritual.” El hecho
de tener problemas no es prueba de que es poco espiritual, sino que si es
prueba de que es un humano. Todos tenemos problemas y usted no carece de
espiritualidad por estar en un dilema. ¿O a caso Job, José, o el mismo Jesús
eran poco espirituales por estar en problemas? Es una idea absurda de Satanás.
d.
El Cuarto error: “El hecho de estar recibiendo sana
doctrina bíblica en la Iglesia automáticamente resuelve los problemas.” La enseñanza bíblica sola no resuelve problemas
instantáneamente. Eso no quitará que vengan problemas a tu vida, pero si te
equipa para afrontarlos.
Pensemos en lo que dijo Pablo: “que estamos
atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados;
perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos;” (2ª Corintios 4:8-9)
¿Qué es la Madurez
Cristiana?
Nacemos en la familia de Dios por la fe puesta en el
Señor Jesucristo. Al principio nacemos como bebés espirituales, somos
irresponsables, infantes que tomamos leche, que carecemos de fortaleza y
discernimiento. Pero a medida de que avanza el tiempo, debemos comenzar a
crecer espiritualmente. A nuestro Padre le agrada observar nuestro crecimiento,
Esto lo deleita a Él.
El tema de Hebreos
5:11-14 es el crecimiento, la madurez espiritual, y la falta de ella.
Puede haber muchas cosas negativas en no crecer,
pero también, por el contrario, hay muchas bendiciones maravillosas al crecer
en la madurez. La gran bendición según este pasaje es ser un maestro a otro creyente, poder enseñar a otros lo que antes
aprendimos nosotros.
Al ser un maestro, enseñar a otros, ayudar a otros
en su fe, algunos ya deben estar compartiendo versículos, discipulado,
compartiendo la fe, pero, ¿Cuántos de nosotros estamos haciendo eso? ¿Cuántos
te están siguiendo? ¿Cuántos pueden decir que han aprendido algo que le ha
edificado y que le has enseñado? De eso
se trata el ser maestro, no solo de pararse y enseñar una clase, si no a quien
estás influenciando con tu vida, es ver cuántos te siguen porque sigues tú a
Cristo.
Otro beneficio de tener madurez es poder discernir correctamente en diversas
situaciones de la vida. Discernir es en palabras simples el poder distinguir
entre algo bueno y algo malo, discernir es poder saber qué me beneficia y qué
no, saber qué es bueno para mí y qué no lo es, es tener la capacidad mental de poder
tomar sabias decisiones. Y eso lo podremos hacer cuándo ya hemos crecido en
nuestra relación con Dios, conociéndole a través de Su Palabra, que ella nos
guiará a tomar las mejores y más sabías decisiones personales para nuestra vida.
Puede servir
de colador para discernir mejor un buen versículo, Filipenses 4:8. Todo lo que te ayude a edificar tu vida y la de
otros deberíamos estar eligiendo, y digo deberíamos porque es algo que todos
deberíamos estar haciendo.
Ya hemos hablado de dos de los muchos beneficios de
tener madurez espiritual, Pero,
¿Cuál
es una señal de madurez espiritual?
La señal Es
practicar lo que uno oye.
Por medio de la práctica uno se hace maduro. Como
ve, una cosa es envejecer en el Señor, y otra cosa es crecer en el Señor.
¿Sabe por qué hay muchos hijos de Dios que no
experimentan nunca crecimiento en sus vidas espirituales? Porque no practican las cosas que oyen.
La madurez es algo que a mí me gusta llamar “osmosis
espiritual”. Oímos y absorbemos la verdad bíblica, y luego le permitimos que
esa verdad penetre en nuestras vidas internas profundamente hasta donde se
forman las actitudes y se hacen las decisiones. Luego, surgirán respuestas
sobrenaturales en diversas circunstancias, el Espíritu Santo comenzara a
llenarse de municiones para afrontar la batalla y darnos estabilidad. Esto obra
en cualquier situación o experiencia difícil.
Cuando lleguen las irritaciones, obedezca a Dios, y
al hacerles frente, ponga en práctica Su Palabra.
Una persona estaría loca si al escuchar a un medico
diagnosticas un tumor que le está creciendo rápidamente, piensa que por el
hecho de que habló con el médico, el tumor va a desaparecer repentinamente. No,
tal persona tendrá que someterse a una intervención quirúrgica. De igual modo,
el solo hecho de estar recibiendo la verdad no hará que seamos más maduros. Eso
solo, sin una aplicación de esa verdad, no solucionará ningún problema.
En relación al crecimiento propio, ¿Qué crecimiento
ha tenido usted en relación a la semana pasada? ¿Al mes pasado? ¿Al semestre
pasado? ¿Al año pasado? ¿Desde que recibió a Cristo como Señor?
¿Seguiremos avanzando varios pasos aprendiendo de Dios,
pero retrocediendo por no ponerlo en práctica?
Les animo a que si queremos dejar de ser unos bebés
espirituales, comencemos a practicar lo que oímos, que seamos hacedores de la
Palabra y no solamente oidores olvidadizos.
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