martes, 11 de marzo de 2014

¿Poco crecimiento?

La clave de la madurez cristiana es perseverar en una correcta relación con Dios. Aunque esa palabra arcaica pero pertinente, perseverar, es hoy en día poco usada y poco vivida. Cualquier cosa puede derrumbar una correcta comunión con Dios, apartándonos y no volviendo ni intentando volver a tener una comunión con Dios.

Muchas veces en nuestra vida espiritual avanzamos y por algún percance, retrocedemos lo avanzado, es como si avanzáramos 3 pasos y retrocedemos 2.

Imaginémonos si José, Job, Daniel, Pablo o el mismo Jesús hubiesen sido así. Nunca hubieran llegado a la verdadera madurez cristiana, ni tendríamos ejemplo de lo que es perseverar en la fe.

Y mucho de esas luchas se encuentran en nuestra cabeza porque creemos algunas mentiras de Satanás.

Existen 4 conceptos espirituales errados hoy en día que Satanás ocupa para que dejemos de perseverar en nuestra comunión con Dios:

a.     El primer error es: “Por el hecho de que usted es cristiano, todos sus problemas están resueltos.” La Biblia nunca dice eso, ella promete que seremos nueva criatura, nos asegura un destino eterno, pero nunca nos asegura que todo estará resuelto, es más, si menciona que vendrán algunos problemas mientras más avanzamos y el camino se hará más duro.

b.     El Segundo error: “Para todos los problemas que vaya a enfrentar, hay una solución en la Biblia.” No la hay. Hay muchas ocasiones en que no hallaremos una respuesta en la Biblia para aquello que enfrentamos en particular. En tales situaciones nos veremos obligados a andar por fe confiando en el Señor que nos indicará el siguiente paso que debemos dar.

c.      El Tercer error: “Si tiene problemas, no es espiritual.” El hecho de tener problemas no es prueba de que es poco espiritual, sino que si es prueba de que es un humano. Todos tenemos problemas y usted no carece de espiritualidad por estar en un dilema. ¿O a caso Job, José, o el mismo Jesús eran poco espirituales por estar en problemas? Es una idea absurda de Satanás.

d.     El Cuarto error: “El hecho de estar recibiendo sana doctrina bíblica en la Iglesia automáticamente resuelve los problemas.” La enseñanza bíblica sola no resuelve problemas instantáneamente. Eso no quitará que vengan problemas a tu vida, pero si te equipa para afrontarlos.

Pensemos en lo que dijo Pablo: “que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos;” (2ª Corintios 4:8-9)

¿Qué es la Madurez Cristiana?

Nacemos en la familia de Dios por la fe puesta en el Señor Jesucristo. Al principio nacemos como bebés espirituales, somos irresponsables, infantes que tomamos leche, que carecemos de fortaleza y discernimiento. Pero a medida de que avanza el tiempo, debemos comenzar a crecer espiritualmente. A nuestro Padre le agrada observar nuestro crecimiento, Esto lo deleita a Él.

El tema de Hebreos 5:11-14 es el crecimiento, la madurez espiritual, y la falta de ella.

Puede haber muchas cosas negativas en no crecer, pero también, por el contrario, hay muchas bendiciones maravillosas al crecer en la madurez. La gran bendición según este pasaje es ser un maestro a otro creyente, poder enseñar a otros lo que antes aprendimos nosotros.

Al ser un maestro, enseñar a otros, ayudar a otros en su fe, algunos ya deben estar compartiendo versículos, discipulado, compartiendo la fe, pero, ¿Cuántos de nosotros estamos haciendo eso? ¿Cuántos te están siguiendo? ¿Cuántos pueden decir que han aprendido algo que le ha edificado y que le has enseñado?  De eso se trata el ser maestro, no solo de pararse y enseñar una clase, si no a quien estás influenciando con tu vida, es ver cuántos te siguen porque sigues tú a Cristo.

Otro beneficio de tener madurez es poder discernir correctamente en diversas situaciones de la vida. Discernir es en palabras simples el poder distinguir entre algo bueno y algo malo, discernir es poder saber qué me beneficia y qué no, saber qué es bueno para mí y qué no lo es, es tener la capacidad mental de poder tomar sabias decisiones. Y eso lo podremos hacer cuándo ya hemos crecido en nuestra relación con Dios, conociéndole a través de Su Palabra, que ella nos guiará a tomar las mejores y más sabías decisiones personales para nuestra vida.

 Puede servir de colador para discernir mejor un buen versículo, Filipenses 4:8. Todo lo que te ayude a edificar tu vida y la de otros deberíamos estar eligiendo, y digo deberíamos porque es algo que todos deberíamos estar haciendo.

Ya hemos hablado de dos de los muchos beneficios de tener madurez espiritual, Pero,

¿Cuál es una señal de madurez espiritual?

La señal Es practicar lo que uno oye.

Por medio de la práctica uno se hace maduro. Como ve, una cosa es envejecer en el Señor, y otra cosa es crecer en el Señor.

¿Sabe por qué hay muchos hijos de Dios que no experimentan nunca crecimiento en sus vidas espirituales?  Porque no practican las cosas que oyen.

La madurez es algo que a mí me gusta llamar “osmosis espiritual”. Oímos y absorbemos la verdad bíblica, y luego le permitimos que esa verdad penetre en nuestras vidas internas profundamente hasta donde se forman las actitudes y se hacen las decisiones. Luego, surgirán respuestas sobrenaturales en diversas circunstancias, el Espíritu Santo comenzara a llenarse de municiones para afrontar la batalla y darnos estabilidad. Esto obra en cualquier situación o experiencia difícil.

Cuando lleguen las irritaciones, obedezca a Dios, y al hacerles frente, ponga en práctica Su Palabra.

Una persona estaría loca si al escuchar a un medico diagnosticas un tumor que le está creciendo rápidamente, piensa que por el hecho de que habló con el médico, el tumor va a desaparecer repentinamente. No, tal persona tendrá que someterse a una intervención quirúrgica. De igual modo, el solo hecho de estar recibiendo la verdad no hará que seamos más maduros. Eso solo, sin una aplicación de esa verdad, no solucionará ningún problema.

En relación al crecimiento propio, ¿Qué crecimiento ha tenido usted en relación a la semana pasada? ¿Al mes pasado? ¿Al semestre pasado? ¿Al año pasado? ¿Desde que recibió a Cristo como Señor?

¿Seguiremos avanzando varios pasos aprendiendo de Dios, pero retrocediendo por no ponerlo en práctica?


Les animo a que si queremos dejar de ser unos bebés espirituales, comencemos a practicar lo que oímos, que seamos hacedores de la Palabra y no solamente oidores olvidadizos. 

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