martes, 3 de diciembre de 2013

La mina del Orgullo- Parte 2


Cómo desenmascarar un corazón orgulloso



De todos los pecados enumerados en la Palabra de Dios, el orgullo es el más destructivo. Otros pecados pueden reflejar una necesidad insatisfecha de nuestra vida, pero el orgullo es la raíz de la mayoría de nuestros pensamientos y acciones pecaminosas.

Lo cierto es que cuando uno está envuelto en orgullo, rara vez tiene en cuenta a Dios. Más bien, el corazón del orgulloso está determinado a realizar sus metas y deseos.


El orgullo grita: “No necesito a nadie ni a nada, en especial a Dios, porque puedo arreglármelas solo.” Nadie es autosuficiente. Nos necesitamos los unos a los otros. Dios nos creó de esa manera porque no quiere que vivamos aislados de otros y menos de Él mismo, en una comunión verdadera y piadosa.

En algunos casos de orgullo pueden enmascararse ciertas inseguridades de la persona. Sus inseguridades pueden decirle a usted que no necesita un buen servicio, una buena amistad, un buen acercamiento a Dios mismo. Eso le conducirá a usted, a pensar posterior mente que no es merecedor del trato que usted mismo buscó, eso concluirá con un circulo vicioso, y gatillando orgullo a grandes rasgos en su vida, ¿Comprende?

La única forma de terminar con el orgullo es admitir que hay un problema y que hay que hallarle solución.

  Para Satanás, el orgullo es su mina favorita. Y antes de lo que imaginamos, nos sentimos tentados a pensar: “mira lo que he logrado, mira cómo he hecho esto, qué bueno soy haciéndolo.”Cuando nuestros pensamientos siguen este esquema, cedemos ante este antiguo engaño: el orgullo.

El orgullo basado en los valores del mundo siempre engendra la competencia, que lleva a la división y la contienda. Puede que usted terminé siendo el número uno en alguna categoría ¡eso sería fantástico! Pero si usted, termina siendo segundo, tercero,  ultimo, ¿Seguirá sintiendo lo mismo, aun si usted se ha esforzado lo mejor que pudo? El orgullo le dirá que es un perdedor, pero Dios le dice: “Si lo hiciste para mi gloria, eres más que victorioso ante mis ojos.”

Busca hacer todo de la mejor forma posible de acuerdo a los caminos de Dios y sus principios que le dan un objetivo para su vida y antes de lo que imaginas, tu corazón comenzará a reflejar la bondad y humildad de Dios a los que le rodean y sabrás de verdad lo que significa el real éxito, el éxito piadoso.

El apóstol Pedro nos dice: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo” (1ª Pedro 5:6) El tiempo es en extremo importante para Dios, el sabe cuando hemos superado el orgullo y estamos listos para recibir su bondad que tiene preparada para nosotros.

Cómo en lo que se refiere al orgullo, el rey Nabucodonozor, al igual que el rey Uzías, es un ejemplo sobresaliente. Desechó por completo las palabras de Dios y su advertencia (Daniel 4) El Señor le había hablado a través de su sueño y le predijo su inminente caída. El profeta Daniel le interpretó el sueño, si no “redimía” sus pecados y “hacía misericordia”, experimentaría una seria humillación (ver. 27) Pero él se aferró a su orgullo. Incluso dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?” (ver. 30)

Muchas veces cedemos al pecado y pensamos: “Eso no tuvo importancia.” Pero, el orgullo siempre traerá consecuencias.

¿Qué consecuencias tendrá el orgullo en mi vida?

Consecuente con  Su naturaleza, Dios le dio oportunidad al Rey Nabucodonozor para arrepentirse y apartarse el orgullo. El rey no estaba interesado en agradar a Dios, todo lo contrario, él estaba dedicado por completo a agradarse a sí mismo.

El rey Nabucodonozor se volvió más orgulloso cada día, hasta que su corazón se enfrió para las cosas de Dios. Al cabo de un año, Dios hizo exactamente lo que había dicho que haría:

a.       Permitió que el rey sufriera una bancarrota emocional
b.      Permitió que el rey sufriera una bancarrota mental

c.       Permitió que el rey sufriera una bancarrota física
Los resultados del orgullo que vemos en la vida de él fue:

1.     El orgullo impide nuestra Comunión con Dios.

Dios nos dice en su palabra que no podemos servir a dos señores. No podemos serle leales a Él y ser ego centristas y siervos de nosotros mismo. Solo hay una Persona que merece toda nuestra alabanza, y ese es Jesucristo.

Si usted está más interesado en vivir la vida a su manera que en agradar a Dios, entonces, está enredado en el orgullo y Dios tendrá que quitarlo.

2.     El orgullo conduce a la ruptura en las relaciones con los demás.

Nos impide amar y ocuparnos en los que están a nuestro alrededor. En vez de pensar en lo que `pueden hacer para ayudar y servir a los demás, los individuos orgullosos solo piensan en cómo pueden beneficiarse de una relación.

Es difícil estar cerca de alguien que siempre busca ser el centro de atención. Si usted quiere de veras eliminar el orgullo de su vida, pida a Dios que le muestre cómo puede servir a otra persona.

Quite el pensamiento de alabanza de usted mismo y póngalo en el Señor o incluso en alguien que le haya dado apoyo y aliento.

Desde la perspectiva de Dios, lo cierto es que nadie es mejor o más grande que alguien más, todos son iguales ante Dios y él no hace acepción de personas.  Todos estamos en la misma posición en el cielo.

3.     El orgullo bloquea las bendiciones de Dios y a menudo nos hace perder nuestra recompensa.

Imagínese toda la bondad que Dios tiene reservada para usted. Es más de lo que puede entender.
Dios nos dice: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33).

Si usted escoge seguir su propio camino con sus propias fuerzas, se perderá las bendiciones que Dios tiene para su disfrute.

Usted puede pensar: “pero debo lograr ese objetivo. Necesito ser el presidente o vicepresidente. Si no, soy un fracasado.” La verdad es que si se conecta con la voluntad de Dios para su vida, todos los éxitos que este mundo le puede ofrecer ni siquiera se acercarán al éxito que Dios tiene para usted.

Las bendiciones de Dios dan una sensación de realización y paz que nunca podrá alcanzar por su cuenta. Su llamamiento es para usted que sea fiel en lo que Él le ha encomendado.

4.      El orgullo disminuye la plenitud de las relaciones con Él.

El orgullo oscurece nuestro corazón a la luz de la verdad de Dios y nos impide experimentar el gozo y la esperanza que producen una vida libre por completo en Él.

El orgullo ata nuestros corazones a ambiciones y deseos mundanos, pero en realidad resultamos atados a las mentiras de Satanás y sus limitaciones terrenales, en especial si creemos en que debemos tener o ser más para ser felices.

Sin embargo, cuando entregamos con gozo nuestro derecho a vivir la vida según nuestros propios deseos  con tal de conocer a Cristo y hacer que otras personas le conozcan, la tendencia a ser orgullosos disminuye.

5.     El orgullo reduce nuestra efectividad como líderes.

Ya sea usted el líder de unas pocas personas, un líder en la Iglesia, de la Escuela dominical, de una organización grande, el orgullo le impedirá ser un líder efectivo. ¿Sabes por qué? La gente quiere seguir a alguien en quién puede confiar, pero los líderes orgullosos están centrados en lo que pueden obtener.

a.       El orgullo prepara las condiciones para errores tontos como hijos y como potenciales líderes ante este mundo perdido entre las tinieblas.
i.                    La persona orgullosa no buscará pedir consejo ni sabiduría de otras personas que nos pueden ayudar.
b.      También, el orgulloso rescinde de la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas.
i.                    Cuando nos volvemos orgullosos, el discernimiento de Dios en nuestra vida se apagará.
c.       El orgullo engendrará la falta de oración en la persona.
d.      El orgullo hará poner énfasis en el ego más que en Dios.

Dios odia o detesta el orgullo, porque traslada la gloria de Él a nosotros, y no somos los que necesitamos ser honrados. ¿Está bien que digamos “gracias” por los premios y halagos que recibamos?  ¡Por supuesto que sí! Dios nos creó para que fuésemos exitosos y nos está entrenando para que reinemos un día con él. Pidámosle a Dios que nos dé un corazón humilde y agradecido. Busque oportunidades para alabarle y honrarle por las bondades y misericordias que le ha otorgado.

1.      Reconozca que el orgullo está destruyendo de a poco su vida.
2.      Pídale a Dios que le perdone por ser orgulloso.


La mina del orgullo es una de las armas más mortíferas de Satanás, la pregunta es, ¿serás tú un caído por el ataque de Satanás? 

1 comentario:

  1. Estimados hermanos en Cristo:
    Agradecemos al Señor por tan buen material publicado permanentemente.
    Un abrazo y sin duda recomendaremos vuestro blog en http://recursosbiblicos.org
    Muchas bendiciones

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