sábado, 21 de septiembre de 2013

¿Quién eres tu?

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. “
(2 Corintios 5:17)

Para llegar a ser  quien debes ser como un creyente, tienes que darte cuenta quien ya eres en  Cristo Jesús.  Lo que vas a aprender en esta lección no es algo que va a pasar en tu vida, sino lo  que ya pasó desde el momento en que aceptaste a Cristo como tu Salvador personal. 

En el momento en que te convertiste y aceptaste a Cristo Jesús como tu Salvador, y diste tu  vida a Él, cosas maravillosas pasaron en tu vida.  Cosas que cambiaron en ti y acerca de ti que  no entendiste bien.  Cuando tú averiguas lo que la gracia de Dios ha hecho en tu vida, estarás asombrado que Él ya ha hecho tanto en ti. 

I. Tu relación con Dios. 
 En el momento en que te convertiste, naciste de Nuevo y llegaste a ser parte de Su familia las verdades siguientes llegaron a ser real en tu vida.  

 a. Te convertiste en un hijo de Dios.  Todo el mundo es la creación de Dios, pero tienes  que haberte hecho un hijo de Dios por un acto de la voluntad de Dios.

      i. “A los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.  (Juan 1:12-13)
      ii. Todos son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús  (Gálatas 3:26)

b. Llegaste a ser un amigo de Cristo.

      i. Cristo dijo “os he llamado amigos.”  (Juan 15:15)
      ii. Aunque temes a Dios o tienes respeto reverencial para con Dios, te das  cuenta que Él desea una relación personal e intima contigo, no como un  esclavo, sino un amigo.  Alguien que se rinda voluntariamente y da todo a Él.

c. Fuiste sellado y hecho eternamente seguro.

       i. Nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones  (II Corintios 1:21-22)
       ii. Tienes una salvación que es segura.  No hay temor de que puedas perder tu  salvación, o de que pueda ser arrebatada de ti.  Has sido sellado y las arras han sido pagadas.   Él te ha dado Su Espíritu Santo.  Tu no vas a tener vida eterna – ya la tienes.  No es necesario que tengas miedo o inseguridad de tu parte.  Perteneces a Él y nunca serás separado de Él.

d. Puedes decir, definitivamente, que perteneces a Él.

        i. Has sido comprado por precio, perteneces a Dios (I Corintios 6:20)
        ii. Él quiere que te des cuenta que perteneces a Él porqué Él pagó un precio grande para obtenerte;  Lo que tienes no es una relación barata o una salvación sin valor. No lo buscaste a Él – (Él vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.)  (Lucas 19:10)

e. Llegaste a ser miembro de Su cuerpo

      i. Ahora eres el cuerpo de Cristo y miembros en particular (I Corintios 12:27)
      ii. Con tu salvación recibiste no solamente el perdón de Dios sino que Él te hizo una parte de Su cuerpo.  “Eres en Cristo.”  (II Corintios 5:17)

f. Ahora tu eres hechura Suya

      i. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras  (Efesios 2:10)
     ii. ¿Te das cuenta que Él es él que te ha hecho lo que eres?  Él te salvó.  Él te dio vida eterna.  Él te ha hecho una criatura nueva.  Eres hechura Suya.  Perteneces a Él. 


II. Mi posición en Cristo Jesús

a. Justificado

      i. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
           Jesucristo.”  (Romanos 5:1)
      ii. La palabra justificado, o justificación es un término legal que significa que no puede ser condenado.  Es el acto judicial de Dios, en el cual Él perdona todos los pecados de los que creen en Cristo y cuenta, acepta y los trata a ellos como justos en los ojos de la ley.   En Cristo, por fe, una persona se ha conformado a todas las demandas de la ley.  Además el perdón del pecado,  justificación declara que todas las demandas de la ley son satisfechas  para él que había sido justificado. 

                Es el hecho de un juez, no un soberano.   La ley no es relajada o ignorada sino declarada que ser cumplida en el sentido más estricto.  La persona justificada es declarada a ser habilitada en todas las ventajas y beneficios derivados de la obediencia perfecta a la ley.

  1. Dios pone en nuestra cuenta Su justicia perfecta, la cual recibimos por medio de la imputación    
 (Activa y pasiva) de Cristo Jesús, nuestro fiador y representante.  (Romanos 10:3- 9) La justificación no es el perdón de un hombre sin justicia, sino una declaración que él posee  una justicia que, para siempre y eternalmente, satisface  perfectamente la ley, la cual es la justicia de Jesucristo.  (II Corintios 5:21, Romanos 4:6-8)

2. La única condición en que esta justicia sea imputada o puesta al creyente es por fe en el Señor Jesucristo.   A la fe se le llama una “condición” no porque posee merito, sino porque la fe es el instrumento, y el único instrumento con que el alma del hombre apropia o aprehende (comprende) Cristo y Su justicia  (Romanos 1:17, 3:25-26, 4:20,22, Filipenses 3:8-11, Gálatas 2:16)

3. El hecho de fe que afirma nuestra justificación, afirma también a  la vez nuestra santificación;  La doctrina de justificación por fe, no es una licencia para pecar ni una doctrina que lleva al libertinaje (Romanos 6:2-7)  Buenas obras vendrán por medio de justificación, aunque no  son las que nos salvan.   (Romanos 6:14, 7:6)

b. Ya no soy condenado

      i. Antes de aceptar a Cristo, una persona ya es condenada  (Juan 3:18)
      ii. En Cristo, ninguna condenación hay (Romanos 8:1)
c. Un Santo

      i. Dios intercede por los santos  (Romanos 8:27)
      ii. Somos llamados a ser santos (Romanos 1:7)

d. Una criatura nueva (II Corintios 5:17)

e. Somos hechos la justicia de Dios en Él. (II Corintios 5:21)

 f. Aceptados en el amado (Efesios 1:6)

g. Nos hizo sentar en los lugares celestiales en Cristo Jesús  (Efesios 2:6)


 III. Las promesas que tengo.

a. Todas las cosas les ayudan a bien (trabajan juntas hacia el bien) en mi vida (Romanos 8:28)

 b. Tengo acceso directo a Dios (Efesios 2:18, 3:12)

 c. Puedo tener gracia y misericordia en el oportuno socorro.  (Tiempo de necesidad) (Hebreos 4:16)

 d. He sido redimido y mis pecados han sido perdonados (Colosenses 1:14)

 e. Todas las bendiciones espirituales en el Cielo ya son mías.  (Efesios 1:3)

 f. Él hará Su obra en mí.  (Filipenses 1:6)

 g. Cristo me fortalece  (Filipenses 4:13)


¿Qué harás ahora que sabes cuál es tu nueva posición, tu relación las promesas que Él tiene para ti? Te invito a andar como es digno de Dios.

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