“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. “
(2 Corintios
5:17)
Para llegar a ser quien debes
ser como un creyente, tienes que darte cuenta quien ya eres en Cristo Jesús.
Lo que vas a aprender en esta lección no es algo que va a pasar en tu
vida, sino lo que ya pasó desde el
momento en que aceptaste a Cristo como tu Salvador personal.
En el momento en que te convertiste y aceptaste a Cristo Jesús como
tu Salvador, y diste tu vida a Él, cosas
maravillosas pasaron en tu vida. Cosas
que cambiaron en ti y acerca de ti que no
entendiste bien. Cuando tú averiguas lo
que la gracia de Dios ha hecho en tu vida, estarás asombrado que Él ya ha hecho
tanto en ti.
I.
Tu relación con Dios.
En el momento en que te
convertiste, naciste de Nuevo y llegaste a ser parte de Su familia las verdades
siguientes llegaron a ser real en tu vida.
a. Te convertiste en un hijo de Dios. Todo el mundo es la creación de Dios, pero
tienes que haberte hecho un hijo de Dios
por un acto de la voluntad de Dios.
i. “A los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios.
(Juan 1:12-13)
ii. Todos son hijos de Dios por la fe en
Cristo Jesús (Gálatas 3:26)
b. Llegaste a
ser un amigo de Cristo.
i. Cristo dijo “os he llamado
amigos.” (Juan 15:15)
ii. Aunque temes a Dios o tienes respeto
reverencial para con Dios, te das cuenta
que Él desea una relación personal e intima contigo, no como un esclavo, sino un amigo. Alguien que se rinda voluntariamente y da
todo a Él.
c. Fuiste
sellado y hecho eternamente seguro.
i. Nos ha dado las arras del Espíritu en
nuestros corazones (II Corintios
1:21-22)
ii. Tienes una salvación que es
segura. No hay temor de que puedas
perder tu salvación, o de que pueda ser
arrebatada de ti. Has sido sellado y las
arras han sido pagadas. Él te ha dado Su
Espíritu Santo. Tu no vas a tener vida eterna
– ya la tienes. No es necesario que
tengas miedo o inseguridad de tu parte.
Perteneces a Él y nunca serás separado de Él.
d. Puedes
decir, definitivamente, que perteneces a Él.
i. Has sido comprado por precio,
perteneces a Dios (I Corintios 6:20)
ii. Él quiere que te des cuenta que
perteneces a Él porqué Él pagó un precio grande para obtenerte; Lo que tienes no es una relación barata o una
salvación sin valor. No lo buscaste a Él – (Él vino a buscar y a salvar lo que
se había perdido.) (Lucas 19:10)
e. Llegaste a
ser miembro de Su cuerpo
i.
Ahora eres el cuerpo de Cristo y miembros en particular (I Corintios 12:27)
ii. Con tu salvación recibiste no
solamente el perdón de Dios sino que Él te hizo una parte de Su cuerpo. “Eres en Cristo.” (II Corintios 5:17)
f. Ahora tu
eres hechura Suya
i.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras (Efesios 2:10)
ii. ¿Te das cuenta que Él es él que te ha
hecho lo que eres? Él te salvó. Él te dio vida eterna. Él te ha hecho una criatura nueva. Eres hechura Suya. Perteneces a Él.
II.
Mi posición en Cristo Jesús
a. Justificado
i.
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor
Jesucristo.” (Romanos 5:1)
ii.
La
palabra justificado, o justificación es un término legal que significa que no
puede ser condenado. Es el acto
judicial de Dios, en el cual Él perdona todos los pecados de los que creen en
Cristo y cuenta, acepta y los trata a ellos como justos en los ojos de la
ley. En Cristo, por fe, una persona se
ha conformado a todas las demandas de la ley.
Además el perdón del pecado, justificación
declara que todas las demandas de la ley son satisfechas para él que había sido justificado.
Es
el hecho de un juez, no un soberano. La
ley no es relajada o ignorada sino declarada que ser cumplida en el sentido más
estricto. La persona justificada es
declarada a ser habilitada en todas las ventajas y beneficios derivados de la
obediencia perfecta a la ley.
1. Dios pone en nuestra cuenta Su justicia
perfecta, la cual recibimos por medio de la imputación
(Activa y pasiva) de Cristo Jesús, nuestro
fiador y representante. (Romanos 10:3- 9)
La justificación no es el perdón de un hombre sin justicia, sino una
declaración que él posee una justicia que,
para siempre y eternalmente, satisface perfectamente
la ley, la cual es la justicia de Jesucristo.
(II Corintios 5:21, Romanos 4:6-8)
2. La única
condición en que esta justicia sea imputada o puesta al creyente es por fe en
el Señor Jesucristo. A la fe se le
llama una “condición” no porque posee merito, sino porque la fe es el instrumento,
y el único instrumento con que el alma del hombre apropia o aprehende (comprende)
Cristo y Su justicia (Romanos 1:17,
3:25-26, 4:20,22, Filipenses 3:8-11, Gálatas 2:16)
3. El hecho de
fe que afirma nuestra justificación, afirma también a la vez nuestra santificación; La doctrina de justificación por fe, no es
una licencia para pecar ni una doctrina que lleva al libertinaje (Romanos
6:2-7) Buenas obras vendrán por medio de
justificación, aunque no son las que nos
salvan. (Romanos 6:14, 7:6)
b. Ya no soy
condenado
i. Antes de aceptar a Cristo, una persona
ya es condenada (Juan 3:18)
ii.
En Cristo, ninguna condenación hay (Romanos 8:1)
c. Un Santo
i.
Dios intercede por los santos (Romanos
8:27)
ii. Somos llamados a ser santos (Romanos
1:7)
d. Una
criatura nueva (II Corintios 5:17)
e. Somos
hechos la justicia de Dios en Él. (II Corintios 5:21)
f. Aceptados en el amado (Efesios 1:6)
g. Nos hizo
sentar en los lugares celestiales en Cristo Jesús (Efesios 2:6)
III. Las promesas que
tengo.
a. Todas las
cosas les ayudan a bien (trabajan juntas hacia el bien) en mi vida (Romanos
8:28)
b. Tengo acceso directo a Dios (Efesios 2:18,
3:12)
c. Puedo tener gracia y misericordia en el
oportuno socorro. (Tiempo de necesidad)
(Hebreos 4:16)
d. He sido redimido y mis pecados han sido
perdonados (Colosenses 1:14)
e. Todas las bendiciones espirituales en el
Cielo ya son mías. (Efesios 1:3)
f. Él hará Su obra en mí. (Filipenses 1:6)
g. Cristo me fortalece (Filipenses 4:13)
¿Qué harás ahora
que sabes cuál es tu nueva posición, tu relación las promesas que Él tiene para
ti? Te invito a andar como es digno de Dios.
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