miércoles, 1 de enero de 2014

¿Te niegas o no?

El Rencor o falta de perdón.

Seguramente, alguien ya le ha herido, y usted no puede sacarse de su corazón los sentimientos de pena que llenan su corazón. Y no tengo que conocerle para saber que usted va a tener o tiene ahora esas luchas contra el rencor y la depresión. Cuando usted ha sido herido, ¿Cómo maneja sus emociones? Su primera reacción pueden ser la incredulidad y la conmoción, e incluso el sentimiento que siempre está latente de venganza y desquite que pueden ser muy nocivos, creando una raíz de amargura dentro de usted. Antes que las emociones estallen y alguien termine muy mal herido, debemos poner freno a tales sentimientos.

El perdón o la negación al perdón, sin duda, es una de las luchas más agotadoras que podemos enfrentar. Algunas personas no quieren (aunque ellos dicen que no pueden) superar las heridas que han sufrido.

La mina del rencor no es como las demás minas que hemos estudiado. Explota, pero la devastación no es inmediata. Hay un “tic tac” dentro de sus emociones. Se siente herido, decepcionado o airado, pero puede negarlo si echa a un lado esos deseos. Cuando con el pasar del tiempo, usted re-examina la herida usted se aferra a ella sin darse cuenta. Y mientras más se aferre a no perdonar a su ofensor, seguirá atado a ellos por la ira y el resentimiento experimentado. Usted no está libre, usted está atado a lo emocional y lo espiritual de este pecado.

Cuando permitimos que el rencor controle nuestras vidas, no podemos llegar a ser las personas que Dios quiere que seamos cuando nos creó con ese propósito específico. El apóstol Pablo nos amonesta diciendo:

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” (Efesios 4:30-32)


¿Cómo puedo desactivar la mina del rencor en mi vida?

1.     Escoja despojarse de todo resentimiento.
a.       No importa lo que otros hayan hecho.
i.                     El perdón significa no alimentar sentimientos de ira contra los que nos han hecho daño.

2.     Renuncie a su derecho de desquitarse.
a.       Con frecuencia he oído a la gente decir: “tengo derecho a estar furioso. ¡deberías haber oído lo que me dijo!” o “no sabes los que hizo. Estoy furioso y no voy a cambiar con respecto a eso.”
b.      Debemos recordar siempre que no tenemos derecho a lo concerniente al perdón y la obediencia a Dios.
i.                    Perdonamos porque Él nos manda a que perdonemos.
ii.                  Eso no significa que lo que le hayan hecho esté bien. Dios no dejará escapar a la persona que le ha hecho daño a usted.
iii.                Usted perdonará, porque eso es lo que Él desea que haga.
c.       Un espíritu rencoroso es atado al ofensor.
d.      En la cruz, Jesús oró para que el Padre celestial perdonara a los mismos hombres que lo habían crucificado. No esperó que ellos dijeran: “hemos cometido un error terrible.” Él sabía que eso no iba a ocurrir. Incluso en su hora más negra estuvo dispuesto a ponerlos en libertad y se convirtió en el reflejo incondicional del amor de Dios para cada uno.

3.     Permita que Dios trate con la persona que lo ha herido o maltratado.
a.       Perdone, porque esa es la voluntad de Dios para usted. Después entregue a la persona a Él.
b.      Demasiadas personas pasan su vida pensando en cómo vengarse o dañar a personas que antes las ofendieron o maltrataron. Son simplemente bombas que esperan tiempo para poder estallar y destruir a su objetivo.
c.       Cuando uno se centra en los quebrantos pasados, seguirán ocupando un espacio importante en su corazón y ello le llevará a perder las bendiciones de Dios para sí.
d.      Perdone y si es necesario, luego ponga límites saludables. Puede que nunca más vea a la persona que le hirió.
i.                     si usted decide dar este paso debe hacerlo después de haber orado mucho con respecto al tema y después de buscar el consejo piadoso de su pastor o líder espiritual.
e.       A veces creemos que hemos perdonado, pero no es cierto. Porque continuamos pensando en lo que nos hicieron, eso no es perdón genuino. Debemos despojarnos de todo sentimiento de rencor, incluso debemos decidir no traerlo más a nuestra mente.
f.       Pablo nos insta a:
“No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.”
(Romanos 12:17-21)
4.     Busque la paz que produce perdón.
a.       Una de las cosas más importantes que puede hacer usted, es perdonar a su ofensor.
b.      Dios está decidido a sacar una bien de aquella situación desesperada. Ninguno de nosotros sabe realmente cómo Dios puede usar si estamos verdaderamente a su disposición. (Santiago 4:7,8, 10)
c.       Dios nos manda a perdonar como él nos ha perdonado a nosotros. Esto nos llevará a un sentimiento de paz verdadero en nuestro corazón al tener en mente que somos deudores de una deuda mucho mayor y que fuimos perdonados por nuestra ofensa a un Dios infinitamente santo. (Romanos 8:1)

Dios tiene un plan paso a paso para el perdón:

1.     Levante su cabeza y su corazón hacia Él.
a)      Busque su protección y comprensión ante sus circunstancias.
b)      Dios sabe el dolor que usted está sufriendo. Él sabe cuando alguien le ha hecho algo para herirle, y una de las mayores promesas que usted puede proclamar se encuentra en Jeremías 29:11- “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”

2.     Ore por la persona que le ha ofendido.
a)      Al principio puede ser difícil, pero es la forma más rápida de desactivar la mina del rencor, y eso solo es mediante la oración y sumisión a Dios.
b)      Si usted pelea sus batallas de rodillas, Dios moverá cielo y tierra a su favor.
c)      “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados.” (Hebreos 12:14-15).

3.     El perdón es esencial antes de nuestra adoración a Dios.
a)      Usted puede aprender a tratar de la forma correcta ante el rencor:
i.                    El Señor Jesucristo nos instó a: “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.” (Mateo 5:23-24)
ii.                  Debemos resolver el rencor con una reconciliación piadosa.
iii.                Tome en serio el perdón admitiendo que usted tiene un problema: la falta de perdón.
iv.                No podemos tener sentimientos oscuros y vivir piadosamente y saludables para adorar a Dios.
v.                  Asuma a su vez las responsabilidades de sus acciones.
b)      Confíe en él, eso es parte de su adoración.
i.                    El salmista dice: “Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.” (Salmo 55:22)

Cuando el rencor le conduce a la animosidad, la amargura, el resentimiento y la hostilidad, usted desperdicia su vida y se pierde lo mejor que Dios tiene para usted. También termina sufriendo las consecuencias del pecado. ¿Qué haremos al respecto? No permitamos ni un segundo más que la falta de perdón domine nuestras vidas. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario