“Cómo
creyentes, gente que pertenece a la familia de Dios, si no conocemos la
voluntad de Dios, ¿entonces qué somos? ¿Gente que carece de información? No.
Somos tontos. “Esto es muy duro”, dice usted. “La Biblia no habla de esa
forma”. ¿De veras? Qué le parece esto: “Por tanto, no seáis insensatos, sino
comprended cuál es la voluntad del Señor” (Efesios 5: 17). ¿Se puede imaginar
otra palabra que signifique insensato? Le daré una pista; comienza con “t”. De
acuerdo, quizás tonto es un poquito fuerte, un poquito intenso, pero es la
misma idea. (…) La Biblia le manda a no ser insensato, es decir, que usted
tiene la opción de no ser un tonto en lo que respecta a la voluntad de Dios; y
está en el versículo siguiente (v. 18): “No os embraguéis con vino, en lo cual
hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”. Primero, si desea conocer
la voluntad de Dios, usted debe ser salvo. Segundo, debe estar lleno del
Espíritu. Esto es lo que enseña la Palabra de Dios. (…) Muchos cristianos
dicen: ¿Qué debería hacer acerca de un problema específico? ¿Por qué Dios no
hace algo por mí y me muestra Su voluntad? Y durante todo ese tiempo las
personas ni siquiera están llenas del Espíritu, lo cual está claramente
revelado como Su voluntad. ¿Por qué Dios debe mostrar a una persona algo si ni
siquiera está cumpliendo eso que Él ya ha dicho con claridad?”.
Fragmento tomado del
libro La Voluntad de Dios de John MacArthur.
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